29 de enero de 2014

El Libro de Jade

EL CORMORÁN
Según Sou-Tong-Po

Solitario en inmóvil, el cormorán de otoño medita al borde del río, y su ojo redondo sigue el curso del agua.

Si alguna vez un hombre pasea por la orilla, el cormorán se aleja lentamente, sacudiendo la cabeza;

Pero, tras las hojas, acecha la partida del caminante, ya que anhela ver aún las ondulaciones de la monótona corriente.

Y, por la noche, mientras la luna brilla sobre las olas, el cormorán medita, con una pata en el agua.

Así como el hombre que lleva en el corazón un gran amor sigue siempre las ondulaciones de un mismo pensamiento.

El libro de jade, Judith Gautier (1867)

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